Las cuatro fuerzas disruptivas globales que convergen

lunes, 31 de agosto de 2015

 
Artículo curado del presentado en  Dinero en 30-9-15 y escrito por Xavier Ferràs

Cuatro grandes fuerzas disruptivas globales convergen, realimentándose entre ellas, generando una ola de cambio jamás vista antes: las megaciudades, el envejecimiento, la interconexión total  y el cambio tecnológico. 


El Mckinsey Global Institute ha publicado el libro No ordinary disruption: The four global forces breaking all the trends, una reflexión obligada sobre la dirección de la historia en años los años venideros. ¿Hacia dónde va el mundo global? A menudo perdemos la perspectiva del nivel de cambio de paradigma económico y social que estamos sufriendo.
Se está reescribiendo el sistema operativo de la economía mundial. Están ocurriendo transformaciones radicales, de las que los medios apenas se hacen eco, pero que cambiarán dramáticamente, en los próximos 25 años, el modo en que vivimos,  producimos, consumimos y nos relacionamos.
El mundo está inmerso en una transición similar a la de la Revolución Industrial, con una velocidad 10 veces superior, sobre una base de población 300 veces mayor  y con un impacto 3.000 veces más elevado.
Europa es un continente envejecido, un nuevo Finisterre en el extremo occidental de un mundo centrado en Asia. En él, sólo Alemania se prepara para la competición global. No sólo controlando déficit públicos, también invirtiendo estratégicamente en investigación, innovación y educación, los vectores clave del futuro. Un nuevo orden económico, cultural y tecnológico está surgiendo. Y, si algo está claro, es que deberemos empezar a pensar global y exponencialmente.
LA PRIMERA FUERZA: LAS MEGACIUDADES
Impacto en la demografía urbana. La mitad del crecimiento económico previsto hasta 2025 estará concentrado en unas 400 grandes urbes, especialmente en Asia, Latinoamérica y África. La gran mayoría  como Chagsha, Huaihua o Wuhan, absolutamente desconocidas para el occidental medio. Muchas de ellas, con más de 10 millones de habitantes. Inmensos ecosistemas urbanos e innovadores, donde cada año 65 millones de campesinos se convierten instantáneamente en ciudadanos globales (el equivalente a la población del Reino Unido, anuales).
Impacto económico. En dos décadas, 3.000 millones de nuevos consumidores emergerán de los países en desarrollo. Soportar este ritmo de urbanización tendrá un impacto dramático en la demanda de materias primas. Políticas  económicas  ortodoxas limitarán la disponibilidad de recursos financieros, comportarán un freno en el desarrollo, y generarán oleadas de desempleados. Políticas heterodoxas, de inyección artificial de liquidez, darán pie a nuevas burbujas financieras e inmobiliarias.
LA SEGUNDA FUERZA: EL ENVEJECIMIENTO GLOBAL (excepto en África)
Si hace 30 años sólo una ínfima parte de la Humanidad vivía en zonas con tasas de reposición negativa, hoy el 60% de la población mundial se encuentra ya en zonas de decrecimiento demográfico. En los próximos años, en todo el mundo (excepto en África) la población se estabilizará e incluso decrecerá.
Japón y Rusia son ya sociedades extremadamente ancianas.
De seguir la tendencia actual, hacia 2050 Europa tendría el doble de jubilados que de niños, y la fuerza de trabajo disponible en Alemania habrá disminuido en un 35%.
Y el déficit demográfico se expandirá a China, India y Latinoamérica a medida que esas sociedades entren en el juego económico global y accedan a educación y sanidad.
LA TERCERA FUERZA: LA INTERCONEXIÓN TOTAL
Si durante cinco siglos los principales flujos comerciales han transcurrido por grandes autopistas marítimas o terrestres entre Europa y América, el sistema comercial global se expande a Asia y penetra velozmente en África. El comercio entre China y África se ha multiplicado por 30.
Y, si hace 20 años el prototipo de bien sujeto al comercio internacional era una camiseta de 3 dólares, hoy es una pastilla farmacéutica de 30 centavos, un e-book de 10 dólares, o un iPhone de 300. Las masas de capitales, a su vez, viajan a la velocidad de la luz por internet, relocalizándose instantáneamente en las zonas más dinámicas y en los proyectos de mayor rentabilidad.
LA CUARTA FUERZA: EL CAMBIO  TECNOLÓGICO
50.000 millones de dispositivos (objetos) se conectarán a internet. Todo estará sensorizado. Para saber cuántas cervezas tiene en su nevera, o dónde están las llaves del coche sólo tendrá que preguntarlo a Google.
Tecnologías disruptivas en tratamiento de datos, manufuctura avanzada, nuevos materiales, o genómica (el nuevo software) están llegando, a través de una avalancha de start-ups que generarán modelos de negocio ahora inimaginables y solventarán gran parte de las nuevas necesidades creadas.
El centro de gravedad económico del mundo se desplaza velozmente hacia el Mar de la China, (eje Singapur - Hong Kong - Shanghái), el vibrante epicentro de la dinámica comercial y tecnológica internacional.
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Referencias:
No ordinary disruption: The four global forces breaking all the trends - Mckinsey Global Institute
XAVlER FERRÀS – Decano Facultad de Empresa y Comunicación Universitat de Vic